lunes, 18 de agosto de 2008


Sintió el vértigo de saber que no seria la ultima despedida: que volvería a sorprenderse con un nuevo vestido, que escucharía otra vez su risa violenta y las extremas historias.
Y esa noche no pudo pensar en nada más que eso... Y se encontró revisando memorias con la luz penetrante del día. Volvió a la vieja rutina de necesitarla.. En el fondo de la taza, en el sonido del reloj, donde sea que mirara podía percibir su sonrisa pura y desconcertante.

Y el día pasó como pasaron los anteriores: entre ecos de ciudad, entre todas esas cosas que nadie quiere oír, caminando entre miles de antifaces y mascaras. Pero a él no le importaba... solo el reencuentro de esa noche lo mantenía despierto.

Y compro las flores donde solía hacerlo todos los catorce de febrero, los siete de cada mes, luego de algún error casi irreparable. Cuidó cada detalle de su vestuario, indeciso probó más de diez camisas, y hasta distintos zapatos. Se sentía un adolescente que asistía a su primera cita, se sentía nuevo…
La hora estimada.. y el deseo de verla se hacia mas inmenso a cada minuto, el reloj desbordaba de impaciencia y las agujas parecían divertirse con sus manos nerviosas, su mirada perdida..
Se encontraba en esa calle que creyó no volvería a cruzar. Y una sonrisa escapo por su rostro, quizás recordando algún beso apresurado, una risa cómplice, ¿quién sabe?… se sentía vivaz y expectante ante la idea de volver a vivir lo vivido, quizás mejorado… no lo sabia, pero no podía evitar sentir la adrenalina del que espera el momento perfecto, ese que todas las noches
había ideado en su cabeza.

Ella abrió la puerta de prisa, pero con la calma que lo cautivaba. Sorprendido por ver
lo bien que le quedaba el vestido azul, ese que se había puesto reiterada veces,
pero no por eso menos hermoso. Y el cruce de miradas se hizo eterno: los dos sabían que habían esperado ese momento durante cientos de días y miles de noches.
Y sonrieron, encontrándose uno en el otro. No había palabras por decir ¿para que? todas las preguntas quedaron a un lado..
Para él las respuestas no hacían falta.

1 comentario:

Kenny dijo...

Aplausos a tal historia tan linda.
Tenés cancha al hablar.
Gracias por los elogios a mi blog. Las lecciones las llevo a flor de piel.